Descontrol

Emmett me agarró de los brazos, sin dejar alguna posibilidad para escaparme. Alice vino a mi lado, veía el dolor reflejado en su profunda mirada, en la que siempre me perrdía. Esme y Rosalie ya se encontraban en el jardín cuando Emmett me obligó a sentarme en una de las sillas de metal del jardín.
Todavía no me había olvidado del olor de la sangre de Bella, estaba intentando olvidarme de ese olor, pero no lo conseguía.
Apoyé los brazos encima de mis piernas y me tapé el rostro. Ahora que me había relajado pensé en las consecuencias que habían podido tener mis actos: Podría haber echado a perder todo lo que Carlisle nos había dado y nunca más podría mirar a Edward a la cara sabiendo que fui yo quién maté a su novia, no me lo perdonaría jamás.
Emmett todavía tenía sus manos sobres mis hombros, se tensó cuando vió que la puerta del jardín se había abierto, Edward vino a sentarse en una de las sillas.
De nuevo me llegó el olor a sangre de dentro de la casa, me sujeté a la silla, en cualquier momento la podía romper en mil pedazos.

Lo siento Edward, no tendrías que haber confiado en mí. No estaba preparado para eso. Todos se sorprendieron al oír mi voz, llena de desesperación.
Emmett me dió un leve apretón en los hombros, como si intentase darme ánimos, pero ahora nada de eso funcionaba. Alice seguía sin dirigirme una palabra, ni tan solo una mirada, la había defraudado completamente, había defraudado a todos.

No tendríais que haber confiado en mí ninguno. Resoplé, todavía intranquilo, la idea del cumpleaños me había parecido siempre muy absurda y más cuando sabía que no me podría conrtolar antes situaciones como esta.

Edward miró fijamente a Jasper pero no dijo nada. Edward se sentía casi tan culpable como Jasper por haberla metido en su vida. Yo, sin embargo, no paraba de pensar en lo que había pasado. Si hubiese estado más atenta me hubiese dado cuenta de lo que iba a pasar, pero estaba tan absorta en el cumpleaños que ni me fijaba en lo demás. Cada vez la preocupación de Jasper se hacía más grande y yo no sabía que hacer. <<Debería haberme dado cuenta>> Me repetía una y otra vez. Rosalie se sentó junto a Tanya sin decir nada aunque tal vez disfrutara pensando en que la culpa de todo la tenía Bella. Emmett seguía sosteniendo a Jasper por los hombros, desvié un poco más la mirada hasta llegar a los ojos atormentados de Jazz. Él me miró, estaba muy disgustado, para él era como si hubiese fracasado en algo que todos sabíamos hacer. No me hizo falta decir nada, me acerqué a él, quitando sus manos de la cara y le abracé con cuidado. Emmett se alejó unos pasos, pero aún vigilaba a Jazz.
No ha sido tu culpa, tendría de haberme dado cuenta... En ese momento Edward me interrumpió...

Cantidad de envíos : 335 Fecha de inscripción : 30/06/2009

Toda la culpa es mía. Murmuré al ver el rostro atemorizado de Jasper. ¿Cómo podían cargar con la culpa? Ninguno de ellos sabía que iba a ocurrir esto. Yo sí, sabía que tarde o temprano ocurriría, y no he parado de forzar mi suerte al máximo hasta que todo a vuelto a la normalidad. Yo era un vampiro, mi familia también lo era. Ella NO. No estaba dispuesto a convertirla, a robarle su alma, por lo tanto solo me quedaba una salida.
Oí como Jasper no paraba de disculparse por dentro y yo negué con la cabeza. No era culpa de ellos, sino mía. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido al creer que podría vivir toda una vida a su lado? Desde que aparecí la muerte no ha parado de seguirla una vez tras otra. ¿Qué creía? ¿Qué iba a vivir un cuento como el de Romeo y Julieta? Todas las historias tienen un final trágico, y un vampiro siempre estará condenado. Pero la cuestión es: ¿Voy a seguir condenando a Bella a esta vida? ¿O seré capaz de alejarme de ella para que pueda ser feliz? Yo prometí estar a su lado para siempre. Sí, para siempre. Para siempre si yo no le causaba ningún problema, si mi existencia no le causaba dolor. Todo estaba claro, ya no podía estar a su lado. Ya no.

Agradecí que Alice me abrazace, ahora era cuando más la necesitaba, cuando sabía que ya nadie iva a confiar en mí, no después de lo que había pasado.
Entrelacé firmemente su mano con la mía, eso me reconfortaba más de lo que ella creía.
Miré hacía abajo, siempre quería estar en todo y nunca funcionaba, pero esta vez ella no tenía la culpa de nada ni tampoco Edward.
He sido yo quien a puesto en peligro la vida de Bella y también el que no ha sabido controlarse en ningún momento. Y lo siento mucho, lo siento de veras. Miré a Alice cuando me apretó cariñosamente la mano, sin hacer efecto alguno, porque nadie conseguía subirme el ánimo en estos momentos.
Miré a mi alrededor, todos me observaban fijamente, cuanto odiaba sentirme así y que todo el mundo estuviese preocupado por lo que pudiese pasarme a mí.
Me sentía mal, me sentía fatal, algo en mi interior me decía que había estado a punto de matar a aquella humana, pero por otro lado todavía no me había quitado de la cabeza aquella pequeña gota de sangre...
Cerré los ojos y respiré hondo, tenía que tranquilizarme si no quería que ocurriese algo más esta noche.

Acaricié la mano de Jasper con cuidado. Sin poder evitarlo nos estaba transmitiendo sus sentimientos de angustia de dolor que sentía en ese instante y a todos nos afectaba, excepto a él. Edward. parecía ausente, su rostro estaba helado y no decía nada, ni siquiera respiraba, simplemente se enterraba en sus pensamientos, y además Jasper se sentía aún peor al verlo así. Sabía perfectamente lo que significaba su rostro, que intentaba no mostrar ningún sentimiento, aunque para mi reflejaba todo su dolor y su culpabilidad. Todo esto no era culpa suya, no era culpa de nadie.
<<Harás lo correcto>> Pensé meditabunda. Él nunca sería capaz de dejar a Bella, ellos dos eran una sola persona cuando estaban juntos, jamás había visto a Edward tan feliz que cuando estaba a su lado, la amaba y nunca se podrían separar.
Edward hizo una mueca angustiado y salió ágilmente hacía su habitación.
Suspiré.
Miré a Jasper que seguía tan angustiado como antes, aunque también se sumaba el dolor de ver a su hermano así.
¿Vamos de caza? pregunté rápidamente, me pareció una buen idea.
Jasper asintió, me cogió de la mano y me arrastró corriendo a una velocidad muy poco habitual para él.