Mi cumpleaños

Esa noche no había dormido bien.
La lluvia no me había dejado dormir, pero tampoco mis sueños, o quizás mis pesadillas.
Todo se había mezclado en mi cabeza para que por último me despertara sobresaltadamente.
Ahora no dejaba de pensar en lo mismo:
' Un día soleado, de los que raramente hacen en Forks. Me encontraba en nuestro prado, cuando mi abuela apareció entre los frondosos árboles del bosque.
Justo a mi se encontraba Edward, le indiqué que se fuera, que se alejara de aquí inmediatamente, no me hizo caso y me susurró que no importaba.
Ambos fuimos donde estaba mi abuela que nos observaba como nosotros a ella, la piel de Edward lucía como un diamante al sol pero no supuso una gran sorpresa para ella.
Miré horrorizada a Edward cuando me di cuenta de quién era en realidad esa mujer... '
Me concentré en no derramar ninguna lágrima, que cumpliese un año más no significaba nada... ¿O si?.
Edward llegó por la ventana y se sentó a mi lado, sobre la cama.
No pude evitar refugiarme en sus brazos como una niña pequeña muy asustada.
Le abracé mientras que soportaba las imágenes de mi pesadilla en mi mente.
No quería llorar, no hoy que se suponía que tenía que estar muy feliz...
No he dormido bien...Expliqué cuando me pareció que mi voz no sonaría demasiado ronca.
Edward no se lo creyó del todo, aunque no me importaba, ahora sabía que estaba segura en sus brazos...

Cantidad de envíos : 335 Fecha de inscripción : 30/06/2009

Deseaba decirle dos palabras, deseaba poder decirle: <<¡Feliz cumpleaños!>>, pero ella no me lo permitía, quería que se hablara lo mínimo de este día, y yo pensaba acatar sus ordenes, pero con Alice no sería tan fácil. Le dediqué una gran sonrisa que lo decía todo, ignorando sus quejas por completo.
Charlie se acababa de despertar y se dirigía hacia la habitación. Podía oír perfectamente el crujido del papel de envolver de su regalo. <<Espero que le guste la cámara, es muy testaruda con lo de los regalos, a Renee le hubiese gustado...>> Balbuceaba en su interior. Aún estaba pensando como darle el regalo. Besé los dulces labios de Bella y un escalofrio me recorrió por todo el cuerpo, me costaba acostumbrarme a sus ardientes besos.
Viene Charlie. Musité mientras acariciaba su mejilla con ternura.
Ella me sonrió y desaparecí de su vista quedando escondido en la oscuridad. Intentó descubrir donde estaba pero no lo consiguió y justo en ese momento, se escuchó el leve crujido de la puerta al abrirse...
Charlie entró sigilosamente por si Bella no estaba despierta, llevaba escondido el regalo detrás de su espalda. Al ver que estaba despierta, le sonrió y le dio los buenos días y después la felicitó...

Charlie entró en mi habitación, con las manos en la espalda, seguramente llevando un regalo para mí.
Suspiré y le dediqué una sonrisa en cuanto me senté sobre la cama.
¡Feliz cumpleaños!.Casi gritó del entusiasmo cuando me enseñó su regalo.
Observaba con cautela su cara, estaba ilusionado, y no sería yo quien le quitase eso.
Sonreí otra vez y cogí uno de los paquetes, lo abrí despacio, me gustaba conservar este momento para poder recordarlo.
Un álbum de fotos completamente vacío se encontraba al fondo del paquete, lo saqué y lo miré por encima.
La idea de ese regalo me la dió tu madre... ya sabes, ella era siempre la que me coordinaba. Recordó con amargura, mientras sonreía con un poco de tristeza.
Gracias, papá. Le corté rápidamente para que no siguiera hablandome más de mi madre.
Luego me enseñó una cámara con un lazo de cumpleaños, le quité el lazo y la observé, siempre me había hecho ilusión una cámara de fotos, supuse que él lo sabría.
Me encanta, papá, gracias. Se lo había dicho en serio, así que él se alegró.
Celebro que te guste... baja cuando te vistas, Bianca también quiere felicitarte. Me avisó mientras me despeinaba un poco el pelo.
Se me olvidaba, hoy no estaré aquí, me voy a la reserva, a ver a Billy. Os vais a quedar solas... que te lo pases bien en la casa de los Cullen. Se marchó muy contento, por lo menos alguien estaba feliz en esta casa.
Puse los regalos encima de mi mesilla y esperé hasta que Edward vino de nuevo a sentarse a mi lado.

Cantidad de envíos : 335 Fecha de inscripción : 30/06/2009

En un instante reaparecí al lado de Bella. Escuché como el motor del coche de Charlie se alejaba lentamente hasta que se perdía por el bosque.
Bella se incorporó y se dirigió hacia el baño como cada mañana. Me apoyé contra la puerta del lavabo y alcé la voz:
Tenemos una visita espontánea para tu cumpleaños. Murmuré restándole importancia. Escuché como paraba de dar vueltas en el baño, y luego abrió la puerta y me miró.
Tan solo es una visita... del clan de Denali. Ha venido Tanya, tan solo serán unos días... Me excusé.
Ella me miró con los ojos abiertos de par en par y volvió a encerrarse dentro del baño. Solté una pequeña risita inaudible para sus oídos.
Escuché como suspiraba y se desplazaba de un lado para otro hasta que volvió a salir pasando por delante mio. Agarré su brazo con cuidado antes de que se volviera a alejar y la acerqué a mi. Observé su precioso vestido verde caqui con su chaqueta negra y sus zapatos a juego. Iba hermosa, pero en eso apenas me fijé, estaba más atento a sus preciosos ojos color chocolate y a sus tiernos labios rosados. Besé sus labios lentamente, meditando cada paso que me acercaba más a ella. Como siempre pasaba, tuve que alejarme al poco rato ya que una parte de mi no podía olvidar el suave flujo de sangre que recorría todo su cuerpo.

Cogí el suave vestido verde que me había regalado Edward, y me encerré en el baño para poder ponérmelo.
Mientras me estaba peinando escuché que había venido Tanya, desde Denali, salí de nuevo y observé su cara, estaba hablando completamente en serio.
<<Unos días>>Repetí en mi interior mientras volvía delante del espejo.
Seguí peinándome mientras pensaba en esa Tanya.
Tal vez ella sería otra vampiro rubia, con una belleza sobrehumana de la que Edward no me habría hablado nunca, o quizás se pareciese más a Alice, con pasos gráciles y cara de duendecilla.
Suspiré, lo tenía todo perdido si se parecía más a Rosalie...
Si edward no me había hablado de ella sería por algún motivo, probablemente lo habría hecho para no describirme su belleza y para no ponerme celosa cosa que, sin duda, ya lo estaba.
Resoplé mientras me terminaba de vestir y salí del baño, me dirigí hacía mi cuarto, pero él me agarró por la muñeca antes de que cruzase la puerta.
Me besó dulcemente y consiguió que me olvidara de todas mis preocupaciones como siempre hacía.
Supongo que cuantos más seamos mejor, ¿No?.Murmuré sin mucho entusiasmo, mientras miraba hacía sus ojos y recordaba a donde ivamos a ir.
Si no fuese por Bianca, que también me acompañaría a la fiesta, no hubiera cedido tan fácilmente, no ahora que sabía quién iva a asistir.

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Solté una sonrisa divertida al ver su rostro, estaba claro que no pensaba lo que decía. Agarré su mano con dulzura y la arrastré hacia las escaleras, en ese momento comencé a darme cuenta de pequeños detalles, como por ejemplo que no había ni rastro de Frank&Bianca, no se escuchaba ni un ruido del piso de abajo, se habían ido. Fruncí el ceño sin comprender nada, tal vez hubiera pasado algo en casa... No, no podía ser eso, <<me hubieran avisado>> Pensé inmediatamente. Bella me miraba aún sin comprender nada, seguimos bajando las escaleras y entonces vi aquella hoja tirada en uno de los escalones. Bella ni se había fijado en ello pero fui rápidamente y la cogí, leí su contenido y fruncí el ceño de nuevo. Bella se acercó a mi y cogió la hoja de mis manos y comenzó a leer...

Me paré en medio de las escaleras y leí lentamente cada palabra que contenía esa pequeña nota.
No puede ser. Se han ido. Releí otra vez la nota. << Solo serán unos días...>>
Suspiré, sabía desde el principio que se querían ir, pero no que lo dijeran totalmente en serio.
Arrugé la nota entre mis manos y miré a Edward, que esperaba alguna reacción por mi parte.
Supongo que Alice se enfadará mucho si no voy, ¿Verdad?.Conocía la respuesta, por supuesto que se enfadaría.
Pensé en Bianca, no quería enfadarme más con ella, yo también hubiera hecho lo mismo, aunque la hubiese avisado antes.
Volví a suspirar y seguí bajando las escaleras, mientras esperaba la respuesta de Edward.

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Se pondrá echa una furia. Le advertí divertido. Alice había dedicado mucho tiempo a preparar la casa, aunque eso no era lo que más le preocupaba, a Alice le encantaba la idea de celebrar un cumpleaños humano y sobretodo le gustaba verme feliz. A veces pienso que si yo hubiese decidido enamorarme de una piedra, ella me hubiese felicitado, incluso es posible que me organizara la boda.
Seguimos bajando las escaleras, le pregunté si quería comer algo pero negó con la cabeza, decía que tenía el estómago revuelto, era fácil adivinar porqué.
Reí con entusiasmo y cogí su chaqueta, en otra ocasión hubiese insistido en que comiera algo, pero Alice ya le tenía preparado una gran tarta entre otras cosas, además estaba entusiasmado por ver su reacción ante el salón empapelado de rosas, buena música,... y vampiros.
Le puse la chaqueta con cuidado, esa era una de las manías que aún proseguía de cuando era humano, era otra época y se llevaba ser un caballero ante las damas, y aunque hubiese cambiado de siglo, seguía siendo tal como era.
¿Lista? Farfullé con una sonrisa traviesa.

Asentí poco convencida de mi misma, él me sonrió con ternura y me besó en el pelo antes de salir de la casa.
Le dí la llave de mi coche, aún no sabía llegar a su casa, ambos subimos al coche y arrancó el motor.
Todavía llevaba en la mano el pequeño trozo donde Bianca había escrito su despedida, la guardé en uno de los bolsillos de mi chaqueta, para luego poder tirarla; nunca me había gustado eso de abrir la ventanilla del coche y dejar que se desvaneciera con el viento.
En unos de los bolsillos estaba mi nueva cámara, seguramente Edward me la hubiese puesto ahí sin que me diera cuenta.
Sonreí y me fijé por donde estábamos, se divisaban ya los primeros árboles que conducían hacia su casa.