Mi paciencia tiene sus límites

Rápidamente subimos las escaleras, hasta que entramos en el cuarto.
Cerré la puerta y me descolgué una gargantilla que llevaba al cuello, un pequeño dije colgaba de él;una llave.
Me agaché y cerré la puerta con la llave para que no pudiera entrar nadie.
Lancé la llave a la mesilla y recorrí la habitación con la mirada.
No se había salvado nada del ordenador, que goteaba agua por todos lados.
Edward me observaba como iva y venía dando paseos por toda la habitación.
Quería bajar y...tenía que tranquilizarme, yo nunca era así.

Cantidad de envíos : 335 Fecha de inscripción : 30/06/2009

Bella, cariño, tranquila. Le susurré mientras acariciaba su mejilla. ¿Me dejas comprarte un ordenador nuevo? Ella me miró con los ojos dilatados. Por favor. Supliqué.
Nosotros llevábamos siglos trabajando y el dinero no era un problema, y menos con el don de Alice y el mio, en el casino triunfábamos siempre. Recordé para mi mismo.
Tal vez deberías hablar con Jazz, él te tranquilizaría. Murmuré mirándola como se ruborizaba ante el contacto de mis manos. Sonreí.

Ni se te ocurra, ya sabes lo que opino de los regalos.Mencioné con voz seria, monótoma.
Volví a dar paseos por la habitación, intentando calmarme.
Quería pensar cual sería la mejor forma de arreglar todo, que nada de esto hubiese pasado, pero ya no podría solucionarlo.
Me volvió a acariciar:
No, estoy bien.Suspiré.
Me deshice de sus manos y volví a pasear.
Te dije que sería capaz te todo, para conseguir lo que quiere.
Murmuré en unos de mis paseos hacía él.
Me volví a rodear el torso con las manos, donde me había golpeado.
Por desgracia las dos tendríamos las partes golpeadas moradas por la mañana.
Suspiré.

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¿Te duele? Dije mientras acariciaba su torso con mi mano.
Bella, como sigas dando vueltas me vas a volver loco. En ese momento cogí a Bella en brazos para que no tuviera escapatoria.
¿Sabes que dentro de un mes y 7 dias es tu cumpleaños? Le pregunté ilusionado por la idea. Alice nos lo había estado recordando cada día, había comprado varias cosas para preparar nuestro salón perfectamente. Había elegido tonalidades rosas y cremas para la decoración aunque tenía pensado poner velas y un pastel enorme. ¿No se acordaba que nosotros no comíamos? Pensé aunque nadie le quitaba a Alice una idea de su cabeza.

Suspiré.
No demasiado.Cada vez me movía más deprisa por la habitación, hasta tal punto que Edward me cogió para no marearse.
Lo siento, ya no me moveré más.Miré hacía el suelo.
No quiero regalos.Fue lo primero que me vino a la cabeza.
Pensé que tal vez Alice estuviese preparando ya algo.
Dile a Alice que no haga nada, por favor.Supliqué.
No tenía bastantes problemas como para ahora tener que aceder a que me hicieran algo para mi cumpleaños.

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Celebrar tu cumpleaños la hace feliz... Murmuré pensando que si le decía que no lo hiciera le haría daño. Si no quieres que haga nada díselo tu. Contraataqué contento de haberla distraído del tema.
Y sobre el regalo... ¿No te gustaría tener un regalo de mi? A si me llevarías siempre contigo. Decidí planteárselo así para que cayera y aceptara.
Me senté en su cama y la dejé sentarse para que pudiéramos hablar sin que ella se estuviera quejando de llevarla en brazos. Que humana podía ser a veces.

Me senté en la cama derrotada.
No le podía hacer una cosa así a Alice, no lo iva hacer y por eso me lo había dicho.
Suspiré.
Está bien.Acepté a regañadientes mientras pensaba en la forma de negarselo a Alice; no habría ninguna manera.
No quiero regalos.Repetí mientras negaba con la cabeza.
Me levanté un segundo y recogí mi colgante con la llave.
Me lo abroché de nuevo y me volví a sentar.

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¿Estas cansada? Supongo que esta noche te hemos entretenido más que ninguna otra. Medité mientras miraba el reloj del despertador. Las 03:47 H. Era tarde para ella.
Estaba seguro que Bianca seguía despierta ya que escuchaba sus pasos en el primer piso. En ese momento oí los pasos sigilosos de Charlie. Shh. Susurré para que no hiciera ningún ruido. Charlie se dirigió hacia abajo y se puso a hablar con Bianca.
Oh, oh. Murmuré.

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Unos duros golpes sacudieron nuestra puerta. Charlie. Había oído todo lo que le había dicho. ¿Bianca nos intentaba fastidiar? ¿Por que?
Bella, cuando pregunte tu padre por mi le dices que estás hablando por teléfono conmigo. Susurré.
Le lancé su móvil y me dirigí hacia la ventana. Bianca le había dicho que estaba conmigo en la habitación, lo mejor sería hacerle creer que solo hablábamos por teléfono.
Salté por la ventana sin hacer ruido, refugiándome en la oscuridad entre los arboles y llamé a Bella.
Te quiero. Intenta no ruborizarte mientras le explicas todo a Charlie.
Le dije mientras esperaba a que le abriera la puerta.

Abrí la puerta a empujones y casi podía ver lo que estaba sucediendo...Bella estaba hablando por teléfono.
Me relajé un poco pero me temí que estuviese escondido en alguna parte:
¡Sal de donde estés!Grité mientras abría la puerta de los armarios y miraba abajo de la cama.
No había nadie, Bianca me había mentido.
Miré a Bella, mientras ella colgaba el telefono, y luego miré a Bianca:
¡Ya hablaremos de esto!.Grité.
¡Bella tu duerme aquí, y tu abajo! ¿Entendido?.Cuando me iva a marchar ya para dejar dormir a Bella se me ocurrió otra cosa más:
De momento solo estás castigada por pegarle, Buenas noches.Salí de la habitación y pegué un portazo.
Bianca me miraba confundida.
Bajé al salón y guardé el arma, Bianca me seguía observando.

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Te dije que funcionaría. Susurré por el móvil. Ella seguía mirando hacía la puerta y entré por la ventana sin que se diera cuenta. Entonces la abracé por detrás imaginándome la cara que se le habría quedado a Bianca. Me comencé a reír ruidosamente hasta que recordé que Charlie rondaba por ahí cerca.
Me estiré en su cama y dije:
Has tenido mucha suerte ¿Sabes? Ella me miró intrigada por que no sabía a lo que me refería exactamente. Charlie ha estado tan ocupado buscándome que no se ha dado cuenta del rubor de tus mejillas, si te hubiese mirado a la cara te hubiese pillado. Me carcajeé.

Menos mal...aunque estoy castigada.Murmuré mirando todavía a la puerta y con el movil en la mano.
Estaba tensa, tensa por la situación.
Cuando estuve segura de que Edward me abrazó se me quitaron todas las preocupaciones de la cabeza y sonreí.
No se mentir.Me escusé.
Me giré, él estaba tumbado mirando hacía el techo.
Me tiré con él mientras le rodeaba con los brazos y me recostaba en su pecho.

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Sospecho que tienes a una gran contrincante ahí abajo. Dije refiriéndome a Bianca. Estaba escuchando la conversación que nuevamente estaba teniendo con Charlie y no me gustaba demasiado.
Bella, tal vez debería irme... Dije pensando en los problemas que yo había causado. <<Todo iba bien hasta el beso.>> Pensé. Tal vez si ella encontrara novio se volverían a llevar bien... Habría que intentarlo.

Suspiré mientras jugueteaba con uno de los flecos de la colcha.
En cuanto a mentirosa ella me ganaba seguramente pero en lo de peligrosa no estaba claro...todavía.
Me incorporé, apoyandome con las manos en la cama, lo miré con lo ojos dilatados de pánico, no quería que se fuera:
No te vayas.Gemí.
Si él se iva ahora me pondría muy nerviosa por no tenerlo a mi lado y me pondría a llorar ,irremediablemente, por lo sucedido hoy con Bianca.
Él era la cura a todos mis problemas, sin él ninguna herida que tuviese sanaría correctamente.
Me estremecí.

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Esta bien, pero estás muerta de sueño. Como no te tomes algo te vas a dormir. Dije sonriendo.
Después me acerqué al ordenador y me lo quedé mirando. <<Tal vez pueda comprar un ordenador como este sin que se de cuenta>>. Bella, mañana me llevaré el ordenador, voy a intentar arreglarlo. Dije con una alegre sonrisa.

Asentí y luego me senté en la cama.
Voy a bajar a por algo de beber.Anuncié mientras me ponía las zapatillas y abría la puerta.
No hay nada que hacer, está roto.Sonreí mientras él intentaba cogerlo sin aplastar nada importante.
No tardo.Cerré la puerta con un suave empujón.

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Ella bajó hacia abajo y yo mientras cogí el ordenador con una mano y con la otra dejé una nota para ella:

Bella, cariño:
Del ordenador me encargo yo,
no te preocupes. Voy un momento
a casa, ¿No querrás que la gente
me vea salir de tu casa con la misma
ropa?
¿Puedes sobrevivir 10m sin mi?
Espero que si
Te amo, Edward.

Me arrastré como pude hacia mi cuarto y abrí la puerta.
La habitación estaba vacía y había una nota en el suelo.
No, no puedo.Susurré mientras cerraba la puerta y me dejaba caer en el suelo, delante de la puerta.
Me rodeé el torso, me había golpeado donde me había tirado el ratón, así que me dolía el doble.
Me envolví las piernas con los brazos y los ojos se me llenaron de lágrimas una vez más.

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Bella. Saludé mientras trepaba hasta la ventana. Me había puesto unos pantalones caquis de camuflaje y una camisa blanca que Alice había comprado la semana pasada. Cuando llegué arriba me sorprendió lo que vi.
¡Bella! ¡Bella! ¿Estas bien? Dije alarmado mientras corría hasta su lado.
¿Que ha pasado? Insistí mientras me sentaba a su lado en el suelo. Ella ponía sus brazos en su estomago. ¿Que podía suceder? Cogí un mechón de su pelo y lo dejé detrás de su oreja. Pasé mi brazo por detrás suyo para que se pudiera apoyar en mi y me explicara todo.

Edward vino a mi lado y apoyó en él todo mi peso:
Ella ...ella se ha ido...está en el bosque.Tartamudeé sin dejar de llorar.
Tendría que pensar un poco más en él, todo esto le haría mucho daño, verme así.
Lo siento.Me disculpé secandome las lágrimas y dejando de retorcerme a causa del dolor que sentía en estos momentos.

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¿Está sola? ¿En el bosque? Repetí confundido. Las lágrimas de Bella me iban consumiendo lenta y dolorosamente. No podía verla llorar.
Tranquila, vamos a buscarla. Le dije con fingida seguridad. ¿Y si le había atacado un vampiro? El bosque no es un lugar seguro para una humana que huele extrañamente bien, demasiado bien.
Teníamos que buscarla inmediatamente, no había tiempo que perder.

Asentí a sus dudas y me ayudó a incorporarme del suelo.
Cogí mi chaqueta y me terminé de secar las lágrimas de mis ojos, que aun seguían corriendo por mi cara, para poder susurrar:
Está diluviando.Objeté.
¿Crees que le ha podido suceder algo?.Pregunté mientras le cogía de la muñeca, para que no se fuera sin responderme.

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No...no creo. Dije mientras miraba por la ventana la oscuridad del espeso bosque.
Seguramente está bien, por ahora. Dije fijando mis ojos en las lagrimas que se le iban secando en la mejilla. Rocé con las yemas de los dedos, una de sus lágrimas, la sujeté y la observé. <<Yo nunca podré llorar, nunca podré expresar mis sentimientos de una forma tan...humana>> Pensé.

Le observé como me quitaba una lágrima de la mejilla y como miraba extrañado su dedo.
Sonreí.
¿En qué estaría pensando.? Se le veía tan introducido en sus pensamientos.
Suspiré.
Le toqué el dedo y luego le miré otra vez.
¿En qué piensas?.Murmuré con un hilo de voz.

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Yo nunca podré llorar por ti. Murmuré en un susurro.
Bella... quiero darte algo... Dije mientras le ponía el dedo índice sobre sus labios para que no se quejara.
Quiero que tengas algo que te recuerde ami... Metí la mano en el bolsillo del pantalón, di la vuelta al rededor de ella hasta ponerme detrás suyo, le levanté el pelo con delicadeza y le puse el collar. Era un corazón, símbolo de nuestro amor pero estaba recubierto de unos brillantes que simbolizaba mi fuerza y mi piel ante el sol. Dentro había puesto una foto mía para que no me olvidara nunca. Yo no lo haría, nunca podría olvidarla.