Bienvenida

Hicimos trampas.
Matt le quitó el don a Alex, yo se los quité a los dos y Kim y Justin, quedaron empatados casi sin correr si quiera.
Nos reímos, las carreras como estas eran muy divertidas y jamás había participado en ninguna como esta.
Me quedé mirando la casa. Casi embobada. Había conocido casas grandes, casi mansiones, pero no como esta. Lo tenía todo: Una parte moderna y otra algo más antigua, algo como de nuestra época. Y todo eso mezclado con toda la tecnología que existía ahora.
La casa era de un tono rojizo, alta y majestuosa, que yacía en mitad del bosque, como una pequeña pradera artificial donde se hallaba la casa.
Bueno, en realidad no era una casa, era una mansión, de esas que solo había visto en la parte rica de mi pueblo hacía ya tantísimos años...
Matt se rió y desperté de mi pequeño sueño. Parecía que todos se habían parado en medio de las escaleras para mirarme.
Sonreí en respuesta y entré en la casa.
Si por afuera era impresionante y muy bonita, era imposible describirla por dentro, era totalmente preciosa y quien la hubiese decorado tenía un buen gusto para elegir la decoración, sobre todo por los cuadros.
Al entrar por la puerta principal lo primero que podía ver era un enorme salón de color oscuro, lo más llamativo era que a un lado se encontraba una pantalla plana, y al otro una gran estaría repleta de libros.
Después venían más habitaciones, sus puertas, cerradas, impedían ver el interior.
Me dí cuenta ahora de un detalle que se veía a kilómetros de allí: Una escalera de caracol para subir al segundo piso.
Era de cristal y su barandilla de metal hacían un bonito contraste con el salón y el trozo de comedor inutilizado que podía ver desde mi posición.
Alex se dirigió hacía mí y, tomandome amistosamente de la mano, me arrastró, literalmente, por las escaleras, para llegar al segundo piso.
Esta es la habitación de Matt y también de Kimberly, no la comparten, pero ahora tendremos que compartir más espacio, para que tú puedas tener una habitación propia...Me señaló con un movimiento a la habitación que se refería, y aunque iva a protestar por el modo en que les había obligado a compartir habitación, ni siquiera me dejó porque siguió con su "visita turística" por la casa. Esta es la habitación de Justin y también la mía. Ella alzó una mano para coger la de Justin, pero él estaba frío y distante, y no hizo ningún movimiento. Alex dejó caer la mano y siguió enseñandome las habitaciones, algo dolida.
¿Qué le pasaba a Justin? No podía concentrarme totalmente en notar lo que él sentía, pero presentía que tenía relación conmigo.
Lo último que quería era separlos, nunca había sido mi intención, y tendría que hablar sobre esto con ellos...
Alexandra siguió adelante y se paró en la última habitación, tras haberme enseñado la habitación de Eric y, según parecía, también la de su novia humana Elizabeth.
Y esta va a ser tu habitación. Si vas por tu coche, trae las maletas y las deshaces. Coge todo lo que quieras, como si estuvieses en tu casa. Me ofreció ella mientras yo giraba el pomo lentamente...
Dí una vuelta por el cuarto. Con tonos azules y detalles en color crema, con cuadros, adornos y muchas flores. Sonreí, era perfecto.
Y me encantaba, sobre todo por la pequeña televisión que se encontraba en frente de una cama. Aunque no utilizase la cama, siempre me serviría para ver la televisión o leer unos de los muchos libros que aún conservaba de mi pueblo natal...
Es... precioso. Me encanta. Gracias por dejar que me quede, no quisiera incomodar demasiado ...Ella suspiró y se quejó de lo repetitiva que yo era. Solté una carcajada y sonreí mientras observaba el comportamiento de Justin.
Al parecer, y según Alexandra, según sus propios pensamientos, nunca se había comportado así... Eso me daba que pensar y recapacitar sobre si debería quedarme aquí o no.
Bueno... será mejor que vaya a por mí coche y traiga todas mi cosas. Ellos asintieron y salí de la que iba a ser mi habitación. Sentí todas sus miradas en la espalda cuando bajé las escaleras.
Quería dejarles que recapacitarán sobre su idea de meterme en su casa. Si volvía y me decían que no me quedase, no me quedaría más remedio que irme...
Cerré la puerta a mis espaldas y caminé lentamente hacía bosque.
Eché una última mirada a la casa y me desvanecí, corriendo, por el interior del bosque.

Cantidad de envíos : 11 Fecha de inscripción : 22/03/2010

Terminamos de correr librmente por el bosque y llegamos a casa. Subimos los escalones y abrimos la puerta, siempre mirando de reojo a Aisha, por si acaso se le ocurría engañarnos...
No había visto la casa, pero me imaginé el interior nada más verla por fuera.
Estaba acostumbrado a la elegante decoración de Alex y Kim, así que casi ni me sorprendió el interior de la lujosa casa.
Lo único que verdaderamente me sorprendió fue que ellas hicieron caso a Matt, y nunca le habían echado cuenta antes, ya que pusieron su querida pantalla plana en medio de lo que ellas siempre habían denominado nuestra "biblioteca personal". Qué era un lugar casi sagrado para ellas, ya que ahí estaban guardados todos los libros que tenían cuando aún eran humanas...
Subimos a las habitaciones, todos. Ni Matt ni yo nos fiábamos de Aisha, y tendríamos que comprobar primero si era de fiar o no.
Esperé a que Aisha cerrase la puerta, para mirar fijamente a Alex mientras que Matt se apoyaba conscientemente en la pared, haciendo lo mismo con Kimberly.
Como se te ocurre meterla aquí. No sabemos si es de fiar o no. Cada vez mi enfado iba en aumento, ¿Y si le pasaba algo, por culpa de Aisha?. ¿Acaso sabes si no es uno de los Vulturis? Alexandra... ¿Y si le hace algo a Eric o a... Elizabeth?.En su mirada ví el dolor reflejado por mis palabras. Ya no podía retirarlas, pero era lo que pensaba y nunca se me había dado bien guardarme lo pensaba.
Me siguió mirando, dolida, muy dolida, porque esta vez no la había apoyado...
Matt respiro profundamente. Estaba muy unido a Eric, siempre me había dicho que le recordaba a él de pequeño, y como le pasase algo... él no sería el responsable de lo que pudiera pasar.

Comencé enseñándole nuestras habitaciones, para que no se confusiese, y terminé por la suya.
Por su expresión parecía que le gustaba y estaba contenta pese a que Justin se comportaba de una forma un tanto extraña conmigo desde que había invitado a vivir en nuestra casa a Aisha, y sabía que tarde o temprano tendría que hablar con él.
Me despedí de Aisha, y me quedé en la barandilla de las escaleras hasta que ví que las puerta se cerraron detrás de ella, me dí la vuelta lentamente, todos me miraban, cada uno con una expresión distinta.
Sé que es de fiar, Justin. No sé como, pero lo sé y os pido que confiéis en mí. Lo sabían, sabían que cuando hablaban de Eric, de que iba a estar en peligro, yo rápidamente cambiaba de tema, no quería que le ocurriese nada malo, puesto a que él siempre me había dejado muy claro que yo era la culpable de que nos convirtiesen y no quería que mi conciencia sufriese más.
Más de lo que cada día sufría por recordar toda la culpabilidad que llevaba encima, década tras década...
Al menos confiar en mí solo esta vez...Murmuré con voz débil mientras Kimberly se situaba a mí lado.
Me sonrió, como muchas veces hacía, cuando veía que me derrumbaba por dentro y en constante silencio.
Si dices que no traerá problemas, yo te creo, Alex. Además es imposible que sea un Vulturi, ya nos hubiese matado a todos, ha tenido muchas oportunidades y no lo ha hecho, chicos.Ella siempre apoyándome. Tuviese razón o no. Le tendría que dar las gracias más tarde porque siempre me apoyaba en todo. Ella asintió, dando por terminada la discusión. Bajó por las escaleras, mientrsa los chicos todavía estaban delante de mí. Matt asintió y bajó con ella al salón.
Kimberly me observaba, se habían marchado para dejarme hablar a solas con Justin, aunque tampoco es que tuviéramos mucha privacidad ya que escuchábamos todo pero aún así le dí las gracias con una simple mirada, ella lo entendió y se marchó hacía la puerta trasera, la que daba al jardín.
Justin tenía la misma expresión que antes , no había cambiado nada.
No te preocupes, no va a pasarnos nada. Y si pasara estaríamos preparados. No hay de qué preocuparse.

Cantidad de envíos : 11 Fecha de inscripción : 22/03/2010

Eso es lo que tú dices, Alexandra. Pero no siempre estamos preparados para todo.El simple echo de pensar que no podría protegerla contra alguien más poderoso que todos nosotros juntos, me ponía nervioso.
Jamás había pasado una cosa como esa, pero no quería volver a verla morir a mis pies y sin poder hacer nada. (Auqnue hubiera sido una ilusión, había sido muy real...).
Me acerqué a ella. La quería abrazar, ella lo necesitaba, sentía como cada vez se derrumbaba más y más, nunca le habían gustado las discusiones y menos entre nosotros.
Si... pasa algo... si le pasa algo a cualquiera de nuestra familia... tú serás la responsable. Solamente tú, por haber permitido que se quedara aquí el tiempo suficiente como para hacernos daño. Me arrepentí inmediatamente de haber soltado esas palabras, pero no sabía que más hacer para que lograra entrar en razón. Y parecía que no lo conseguiría nunca...
Me miró, como si no estuviese ahora mismo aquí, como si lo que le estaba diciendo no tuviese nada que ver con ella.
En ese momento supe a la perfección sus sentimientos, pese a que yo no era el que tenía ese don, pero tan solo una triste mirada hizo falta para que lo supiera. Culpabilidad y tristeza. Que estuviese así era por mi culpa y lo sabía... pero ahora no podía hacer nada más.
Fui a su lado y la miré, ella miraba hacía abajo así que nuestras miradas no se cruzaron, la rocé levemente en el hombro cuando comencé a bajar las escaleras.
Esa fue la última vez que la ví, dolida y deseando que su mundo cambiara radilcalmente, ya que con furia y casi violencia pegué un portazo y me dirigí hacía el bosque para correr... lo único que conseguía calmarme en momentos como este...