Recuerdos del Pasado

Me guiaron a través del espeso bosque hasta que dimos a parar a otra casa en mitad del bosque, esta parecía más moderna y grande. Miré el alrededor, se escuchaba cerca de aquí un pequeño río, también llegaba a oír los pájaros en un árbol cercano...
Pero no había rastro de nadie. En ese momento escuché unos pasos, venir directamente hacía aquí, nos miramos y acto seguido miramos al bosque.
Dos vampiros, vinieron por donde nosotros minutos antes habíamos pasado. Sus ojos eran de un color dorado, como los míos, y esto significaba que tomaban sangre de animal. Por lo menos, no les hacían daño a los humanos y yo, estaba de su parte.
Los observé atentamente, el vampiro rubio y alto, hacía lo mismo conmigo y la vampira nos sonreía a todos. Le miré a ella, no sabía como pero yo la conocía, la había visto antes, pero no sabía en que lugar.
Era difícil que a un vampiro se le olvidasen algún recuerdo importante. Pero siempre los podíamos olvidar si eran doloros o crueles.
En ese momento recordé de qué la conocía y no me hizo falta entrar en sus mentes para saber su nombre. Siempre recordaba los nombres importantes...
¿Alice?. Todos me miraron sorprendidos, de escuchar mi voz y de escuchar como la reconocía.
Kimberly vino a mi lado seguido de Matt, cogidos de la mano, y me susurró.
¿Y tú de qué la conoces?. Pase por alto la hotilidad de su voz al preguntarme y seguí buscando lo que Alice quería saber desde siempre, lo que andaba buscando y jamás encontraba. Su pasado.
Sé... quien eres. Y sé todo sobre tu pasado, Alice.

Vi venir a nuestros nuevos amigos con una chica nueva así que cambiamos la postura a una menos comprometida y paseemos hacia donde había visto que nos íbamos a encontrar. En pocos minutos los Blackheart llegaron, pero no les dio tiempo a decir nada ya que la chica se anticipó.
Su voz resonaba dentro de mi cabeza y no de forma agradable, solo sentía sus últimas palabras. Tantas veces había preguntado sobre mi pasado... Y...¿ella tenía la respuesta? Me acerqué un poco más mirándola fijamente deseando que no fuese ninguna clase de broma, aunque claro, eso era absurdo, si fuera una broma yo lo sabría.
Miré su rostro que me observaba pensativa, los demás permanecían en silencio a nuestro alrededor.
¿Quién eres? Mascullé en un susurro. No me esperaba que mi voz sonara así de débil, pero no pude hacer nada para evitarlo. Jasper me cogió de la mano y me la apretó con fuerza, intentando con su don, tranquilizarme. Pero ahora mismo nada podría quitarme las ganas de saberlo todo. Todo.
Antes de que contestara me anticipé y volví a hablar...
¿Qué... qué sabes de mi? ¿Qué sabes de mi pasado? Sollocé. Era algo patético por que yo no podía llorar, pero me daba igual. Siempre había querido saber quien era mi familia y que sucedió realmente. Pero... ¿De qué me conocía esta chica?
Vi como iba a decir su nombre y volví a anticiparme.
Aisha Banlog. ¿Qué es lo que sabes? Ni yo misma podía controlar mis nervios, toda la sonrisa que traía hacía unos segundos había desaparecido, pero no era consciente de ello, solo quería saber la verdad, mi verdad.

Le miré, pensativa, a lo mejor no había hecho bien al contar nada, yo todavía no confiaba en nadie y ellos tampoco confiaban en mí, ninguno de ellos, y lo sentía.
Dí un paso hacía delante, evitando encontrarme con las miradas sorprendidas de los BlackHeart.
Ella me observó durante un segundo, intentando acordarse de algo, recordar mi rostro, tal vez, pero eso no dió resultado. No recordaba nada y ya estaba cansada de intentarlo tanta veces.
Veo que predices el futuro... Apuesto a que no me viste venir... Reí sin ganas mientras observaba su rostro, parecía de verdad que necesitase saber todo sobre ella, además ¿Por qué me estaba comportando yo de esta forma? Jamás había negado alguna información que yo supiese a nadie, ¿Por qué iba a ser esta la primera vez?. Quizás era este pueblo, que cambiaba las personalidades radicalmente...
Yo estaba cuando... el médico del psiquiátrico... te convirtió. Y también estaba presente cuando lo mataron... Hice todo lo posible por luchar a su lado, éramos amigos, pero el cazador era demasiado fuerte para mí...
La mano del vampiro que estaba a su lado le rodeó por la cintura. Si hubiera sido humana, posiblemente se habría caído. ¿Era todo esto, para tanto?
En tus primeras semanas de ser una neófita yo me quedé contigo, cumpliendo el "último deseo" de Andrew, ese era su nombre, me dijo que alejase al rastreador de tí, que eras demasiado valiosa para dejar que te mataran... Pero supongo que no te acordarás de eso, ¿Verdad?...Recordaba claramente, como si fuese ayer, el rostro del rastreador, semblante serio y salvaje, rubio, y también su nombre... James.
Si no me hubiese quedado yo con ella, jamás habría salido con vida de la ciudad, porque al rastreador no le gustaba dejar vivas a sus presas... siendo humanos o vampiros...
Dejé que pensase sobre todo lo que le había contado, hasta que ella rompió el silencio que se había formado...

Me quedé paralizada intentando asumir toda la información repentina que ahora tenía en la cabeza.
Todos me miraban atentamente intentando averiguar algo, algo que yo no entendía, pero yo solo estaba concentrada en la historia... Pero no era la mejor idea hablar aquí fuera, sería mejor que entrar.
Pasad, no os quedéis en la puerta. Susurré inquieta mientras corría velozmente hacia el sofá del interior. Jasper no se extrañó de mi reacción y se acomodó a mi velocidad, intentando tranquilizarme, cosa que esta vez no lograba.
Andrew... Murmuré para mis adentros. Me era un tanto familiar pero no entendía por que.
¿Por que... por que soy tan valiosa? ¿Por mi don? ¿Por que James me quería a mi? ¿Y por que... por que no recuerdo nada?
Solté todas las preguntas sin coger aire ni un segundo, tenía tantas preguntas sin respuesta, tantas dudas en mi mente...
Ahora todos observábamos a Aisha que se había sorprendido un poco por todas las preguntas que había echo. Aunque aún me quedaba una. Una que no sabía si ella me podría contestar, pero después se lo preguntaría, valía la pena intentarlo.
Recordé de nuevo ese poema que retumbaba en mi cabeza, ese que hacía unas pocas horas había estado leyendo entre los brazos de Jasper, y que había conseguido remover mis sentimientos incontroladamente:
"El encuentro de dos almas suele ser eterno, tanto tiempo sin tenerte que necesito volverme más loco en mi cordura. ¿Qué haré atado en la cárcel de mis sueños? El único sueño eres tú, sólo tú puedes librarme de ese sueño y convertirlo en realidad con tus besos, con tus caricias antes de mirarme a los ojos, despiértame para no volver a soñar, dame fuerzas, para decirte cuánto te amo."
¿Qué podía significar? O más bien... ¿Para quién iba dirigido?

No me pareció lo más idóneo, pero también entré en la casa. ¿Qué otra cosa podía hacer?.
Los BlackHeart pasaron dentro de la casa, al parecer tenían bastante confianza con ellos, y solo se conocían de unas horas. Era increíble lo sociables que eran.
Me senté también, observando como todos ellos mantenían fija su mirada en mí.
Vale, lo mejor era, haberse quedado con la boca cerrada, pero nunca me había podido controlar y ahora me hacía preguntas a las que yo no tenía ninguna respuesta.
Cerré los ojos, recordando aquel pasado que estaba ya tan lejano y que me costaba acordarme, aunque al primer intento vinieron a mí las imágenes del pasado.
Cuando... cuando yo te conocí, él me dijo que si llegabas a entrenarte lo suficiente, serías capaz de lograr muchas cosas, que podrías derrotar a quien quisieras...
Reí, de nuevo, sin ganas. Mi risa amarga y mi poco sentido del humor resonaron por toda la habitación.
Pero él no ha podido llegar a ver... los progresos que has hecho peleando... una lástima, luchas bien... Susurré mientras recordaba lo que horas antes había visto en la mente de Matt, las imágenes de una pelea amistosa con ella.
Mi don podía llegar a ser increíble si no lo utilizaba para controlar a los demás...
No sé porque él te veía tan... valiosa. Nunca me lo terminó de decir... Tal vez él quería derrotar a alguien y quizás necesitara tu ayuda... pero no lo sé, solo son suposiciones.
Me miró deseando saber más y a la vez cansada de descubrir cosas que no llegaban a ningún lado...
Y respecto a tus recuerdos... Tú eres la que los guarda en tu interior, porque fueron doloros, e impides volver a recordarlos, porque sabes que solo te produciran más dolor...
Respiró profundamente y yo la seguí observando...
Entonces descubrí en su mente el pequeño poema que ella recitaba en su interior.
Si se acordaba de eso... ¿Por qué no de todo lo demás?
Esto empezaba a no tener sentido, pero no sería yo quien le dijese nada acerca del poema, no quería causarle más tristeza y dolor.
Bueno pensándolo mejor, se lo diría luego, pero se lo tendría que decir a solas... no le haría mucha gracia al vampiro rubio y alto que la miraba de forma protectora y que, según había conocido por sus pensamientos, era su compañero, el de toda su existencia y no me parecía muy adecuado estroperales eso. Y no lo pensaba hacer...

Cantidad de envíos : 11 Fecha de inscripción : 22/03/2010

Esto había dado un giro de 360º, ahora nosotros no nos quedaba otro remedio que confiar en Aisha y confiar también en sus palabras. ¿Y si se lo estaba inventado todo? Su don podría servirle para eso...
Entonces pensé en lo mejor: Dejarles solos.
Me puse en el lugar de Alice. A mí personalmente si hubiera conocido a la persona que me diría todo sobre mi pasado no me gustaría tener tanto público y podía intuir que a ella tampoco le gustaba.
Cogí la mano de Alex, que estaba verdaderamente metida en la conversación, a veces llegaba a interesarse demasiado por todo, pero sabía que no lo hacía por meterse en vidas ajenas, solo por saber algo más acerca de nuestros nuevos amigos.
Me miró extrañada, pero comprendió lo que quería hacer.
Con un ligero movimiento le dijo a los demás que se levantarán para irse. Le hicieron caso.
Nosotros nos vamos, estareís mejor a solas. Y espero de verdad que sepas algo más sobre tu pasado, Alice. Ella asintió. Demasiado nerviosa para hablar todavía.
Volveremos depués, si quieres...
Abrí la puerta del jardín. LLovía, y parecía que no lo iva a dejar de hacer nunca.
Cotilla! Siseó Alexandra hacía Kimberly. Por lo menos eso hizo que la tensión del ambiente se dispersara un poco. Pero enseguida volvió cuando Alice volvió a hablar.
Nosotros ya estábamos en medio de la tormenta, corriendo por el bosque, con dirección a nuestra casa.

Agradecí a Justin que nos dejaran hablar tranquilamente. Yo seguí escuchando todo lo que explicaba, guardando cada detalle, intentando averiguar todo. No paraba de hacerle preguntas, y ella la respondía sin refunfuñar. Sentía ser tan... pesada sobre ese tema, pero no sabía nada, tenía tantas preguntas...
Agradecí muchísimo que Aisha me contara todo pero seguía teniendo una pregunta en mi cabeza... Pero Jasper... No sabía si sería lo correcto que él se enterara de eso. No sabía por que, pero todo lo que pensaba acerca del poema, lo había escondido para mi misma por el motivo que fuese, y ahora sentía que no debía de enterarse, por lo menos aún no. Quería saber primero la respuesta. Pero ¿Cómo podía despistarle? Era casi imposible... casi...
De repente se me ocurrió una idea magnífica. Cambié de sentido mis preguntas, alejándose cada vez más del tema y centrándose en Forks. Jasper me observaba con curiosidad, intentando averiguar que tenía en mente, y de repente solté mi excusa...
Por cierto Aisha, llevas poco tiempo aquí... Apostaría a que te encantaría tener ropa nueva. ¿Te apetece que demos una vuelta?
Jasper tosió en forma de queja y yo me carcajeé.
Bueno, Jazz. Tardaremos poco, no te preocupes. Dije con una sonrisa mientras me levantaba. Voy a por mi abrigo. Dije rápidamente y subí hacia el piso de arriba. Cogí mi chaqueta y me la puse, pero también me guardé en el bolso el libro que tan familiar me era. Tal vez ella lo conociese de algo.
Bajé las escaleras, Aisha entendía perfectamente lo que pretendía, pero lo importante es que Jasper no se enterara. ¿Por qué me esforzaba tanto en ocultar algo que ni yo sabía? No tenía sentido, pero aún así continué con mi plan.
Le di un beso a Jasper y nos alejemos por la carretera paseando. Ninguna de las dos hablamos hasta saber que estábamos a una buena distancia, suficiente para que no nos oyera. Nos desviamos hacia el bosque, hasta llegar a la orilla del río. Nos sentamos tranquilamente. Ella esperaba mi pregunta seguramente, pero igualmente tenía que hacerla.
Saqué el libro de mi bolso y se lo puse entre sus manos, abiertos por el poema que no paraba de retumbar en mi cabeza.
Sabes... ¿Sabes que significa? No se... He intentado averiguar algo pero, no tengo nada... No se por que me resulta tan familiar, ni por que me entran ganas de llorar... cuando... cuando lo leo. Estaba claro que yo no podía llorar, pero los vampiros estábamos muy familiarizados con esa sensación de angustia.
En este momento me sentía bastante nerviosa, sentía ocultarle esto a Jasper pero por algún motivo intuía que era lo correcto, por otro lado toda esta información me había descolocado... Y además, era tanta casualidad que nos encontráramos...

Asentí tranquilamente sabiendo cuales eran sus intenciones. A ella le preocupaba desde el principio el poema que siempre releía, pero que jamás había entendido cual era realemnte el significado para ella.
Sin duda yo se lo diría, y era mejor estar lejos de su compañero, probablemente no le haría mucha gracia.
Fue lista en poner como excusa la ropa, él no se interesaría por acompañarnos, y sería todo más fácil.
O al menos fácil para él.
Caminamos un poco, lo bastante alejadas para que él no escuchase nada, fuimos más allá de su jardín.
Pasamos un río, nos sentamos en su orilla, y entonces ella colocó el antiguo libro en mis manos.
Depositando así toda su confianza en mí, por saber que es lo que verdaderamente significaban aquellas líneas para ella.
Asentí mientras leía aquello y luego dirigí mi mirada hacía ella.
Sabía perfectamente por qué le sonaba tanto.
Verás, yo tan solo llevaba unos días con Andrew, como su "ayudante", cuando tú llegaste. A las pocas semanas recibiste una de tus primeras visitas.

Mientras tanto, yo la observaba, observaba sus reacciones.
Estaba tensa, lo notaba y también lo veía, sus dientes estaban apretados, como si fuese a recibir una mala noticia, y se preparaba para eso.
Continué con la historia o mejor dicho, con su historia.
Era un hombre apuesto, alto y muy moreno, con los ojos azules y piel clara. De no haber sido por sus ojos, podría haber pasado por uno de los nuestros, pero no era así, era un humano.
Miré hacía el libro, y lo cerré, volviendo a pensar en la historia, para no olvidar ningún detalle importante
En una de sus visitas, él te leyó un pequeño fragmento de un poema. Desde entonces siempre hacía lo mismo cuando os veíais.
Después de esa visita, Andrew te preguntó, tenía curiosidad por saber quien era aquel joven.
Enseguida le contestaste, sonriendo, con tu habitual alegría después de haber hablado con él... Me callé.
Me tendría que haber ahorrado los detalles, pero ya era demasiado tarde para hacer o decir nada más, todo lo que yo le dijese a continuación le causaría tristeza, lo sabía.
Ella me pidió con una simple mirada que continuase. Suspiré y continué, como ella quería, a pesar de que lo que yo sabía no le iba a gustar demasiado...
Dijiste... dijiste que él era tu prometido. Qué estábais muy enamorados, pero él quería que tu te curases y después de eso os casaríais felizmente por la iglesia.
Que él todavía te amaba lo suficiente, y que no le importaba que estuvieses encerrada allí, él te seguiría amando siempre y para siempre...
Por eso recuerdas tanto ese poema. Porque te lo leía una persona importante para tí, Alice.
Deposité el libro en sus manos, mirandola detenidamente.
Lo siento.

Un rostro familiar apareció en mi mente como si hubiese estado escondido en el fondo de mi corazón durante mucho tiempo. Kyle Brandon. Ese era él. Recordé sus ojos azules que eran como el choque de las olas del mar en un día tormentoso. Su piel era blanca como la luz de la luna en una noche sin estrellas, y su pelo alborotado era castaño claro a la luz del sol. Podía haber sido vampiro de lo perfecto que era, pero sus ojos le delataban.
" -Kyle, cuanto me alegro de verte! tan solo 12 dias. 12 dias más y saldré de este estúpido lugar de locos. Gracias por ayudarme a huir de aquí... Sin ti... No lo lograría nunca...
Él me sonrió y me abrazó con cuidado, como si fuese una flor delicada que no quería que se marchitara. Me encantaba como me miraba, él confiaba en mi, sabía que mi cabeza estaba estupendamente, y me ayudaría a salir de este infierno. Era el plan perfecto.
-No te preocupes, princesa, yo siempre estaré a tu lado. No importa cuanto te alejes, yo siempre estaré en tu corazón igual que tu lo estarás en el mio.
-Todo saldrá bien, nos volveremos a ver en cuanto salga de aquí. Es mi plan y mi promesa. Susurré mientras me perdía como siempre en sus hermosos ojos celestes.
-Tu nunca rompes una promesa. Aseguró mientras se acercaba a mi.
-Nunca. Juré mientras nos fundíamos en nuestro último beso, ya que lo que no sabía, es que se acercaba el fin."

No me di cuenta de que Aisha me estaba llamando hasta ese momento. Sentía que todo giraba, como si fuese a marearme, pero era algo imposible. Me alegraba saber que Jazz no estaba aquí, así que no podría saber como me sentía en este mismo momento.
Seguí en el recuerdo de aquel rostro, de aquel momento perfecto y de aquel lugar que tanto odiaba.

Estoy bien. Aseguré en falso, cosa que últimamente me era muy común. ¿Por qué me pasaban a mi estas cosas?

Estaba recordando algo importante, estaba teníendo una especie de visión, pero una visión del pasado.
No me metí en su cabeza, así que no tenía ni dea de que se había acordado, no quería ser tan entrometida, pero por sus siguientes pensamientos, supuse que había recordado a aquel apuesto joven.
Esperé unos segundos, no quería volver a contarle nada, hasta que no estuviese del todo recuperaba, pero por lo que estaba sintiendo ella en este mismo instante, sentía claramente que todo se contradecía, y ella agradecía que su compañero no estuviese por allí, para no notar lo triste que estaba, aunque él no estuviese, yo también lo notaba...
Bueno... aunque él no esté, yo si que lo noto, Alice... Le dí tiempo a que pensara, mientras me miraba con curiosidad, yo le sonreí, estaba bien alejarnos del tema solo por unos segundos.
Volví a estar sería en cuanto ví que ella mejoraba, suponía que no debía de ser fácil acordarse de su otra vida, de su familia, de aquel joven... no sería nada fácil acordarse de eso ahora, cuando ya tenía otra familia y un compañero, siendo una vampira...
Alice... aún hay más... Me miró, con mucha más curiosidad que antes.
Pero esto es mejor que lo anterior. Susurré con una sonrisa.
Tensión. Tensión. Cuando odiaba esa palabra y también sentirla... Arg! .
Él no era el único que te visitaba, Alice. Había más. En concreto, una pequeña mujer, morena y se parecía muchísimo a tí. Al principio pensé en que érais gemelas... pero luego me contaste que tú eras la pequeña de las dos. Le miré. ¿Comprendía lo que yo quería decir, o quizás no?. Era tu hermana, Alice, tu hermana mayor. Se llamaba Cynthia y fue la que te acompañó al psiquiátrico…
Estaba dolida por dejarte, según me contó Andrew, pero venía a visitarte casi tanto como tu… bueno como Kyle. Susurré mirando hacia el río. Sería bonito eso de tener una familia, o saber que la tenías cuando eras una humana, Alice era afortunada, por haber tenido una familia que la quería y también ahora, por tener una familia que la quiere.
Con un suspiro recordé ahora una cosa que quizás para ella fuera importante. Su nombre, o mejor dicho, su nombre completo.
¿Sabes?. Recuerdo que leí tu historial médico y observé con detenimiento tu nombre...
Mary Alice Brandon... Cullen. Supongo.
Mi mirada, de nuevo, fue a parar al pequeño río. Y me dí cuenta entonces... Kyle Brandon.
Tenía su mismo apellido. Así que era una extraña pero pequeña coincidencia, ya que en aquella época los apelidos eran muy distintos unos de otros...
De cualquier forma yo no le diría nada... ¿Algo tendría que descubrir ella con sus propios medios, no?

Mi hermana no me tenía miedo. Era más de lo que podía desear. Recordaba cada día y cada hora a su lado... hasta que entre en aquel infierno. A partir de ahí mis recuerdos estaban borrosos o atrapados en mi mente. Carlisle siempre había dicho que podía ser a causa de las drogas que nos daban para mantenerlos tranquilos y medio despiertos. Era una bestialidad que nos manipularan de esa forma como si fuésemos animales. ¿Es que nadie puede tener un don? ¿Tenían que encerrarme ahí de por vida? Menos mal que Kyle... Kyle Brandon. ... Alice... Brandon. No podía ser. No, no era una mera casualidad. En aquella época no habían este tipo de casualidades. ¿Por que...
Aisha. Te has dado cuenta, ¿Verdad? Que significa... Como puede ser... tenemos el mismo apellido. ¿Por que?
Miré sus ojos que relampagueaban en algún recuerdo escondido y eso me hizo tener mucha más curiosidad.
Sabes algo, Aisha... ¿Qué es?
Repetí ahora mucho más relajada. Aparté un segundo los recuerdos de Kyle en mi mente, no quería recordarlo todo junto a ella, no le gustarían los recuerdos. Me centré más en pensar en mi hermana, aunque era inevitable recordar ese rostro perfecto tan humano... y a la vez tan hermoso...

Respiré profundamente y pensé,
buscando alguna forma de explicar la evidencia.
Aunque me callé lo que pensaba,
mis pensamientos revolotearon hacía otra dirección...
¿Sabes?.
Cuando yo lo descubrí pensé, evidentemente, en que érais familia... pero,
los hermanos no se querían tanto como yo veía que lo hacíais vosotros...
se os veía... tan compenetrados... no creo que fuéseis hermanos...
Aunque... Mmm...
¿Estaría bien hurgar en el pasado? ¿No sería mejor dejar las cosas como estaban?
¿Para que rebuscar más? Ellos estuvieron enamorados, yo lo sabía... pero lo que ni Alice ni él sabían, era que eran hermanos de verdad...
Alice, yo siempre he pensado que érais hermanos, pero no sabía que pensar...
No sé más... pero es posible que alguno de vosotros fuera solo de vuestro padre o solo de vuestra madre, no lo sé.
Y tal vez nunca os distéis cuenta,
jamás os lo dijeron... estábais demasiado ocupados en otras cosas para saberlo...
Susurré mirando al frente,
hacia donde los árboles se perdían por el horizonte...
¿Estaría satisfecha por mi explicación?
¿Me tendría que inventar algo, nuevamente, para convencerla de la realidad?...

Tema: Re: Recuerdos del Pasado Sáb 01 Mayo 2010, 07:42

Miré en dirección a los espesos árboles que nos rodeaban. No me había dado cuenta de lo tarde que se había echo. Ahora comprendía muchas cosas, pero seguía teniendo preguntas sin respuesta, preguntas que tal vez nunca sabría la verdad.
Aisha seguía mirando al horizonte con rostro distraido. << Qué bien me iría el don de Edward, ahora >> Pensé aunque inmediatamente lo rectifiqué << Que bien me iría tener a Edward a mi lado >>.
Suspiré y miré hacia el río en el que se reflejaban las estrellas de una noche oscura y sin luna.
Será mejor que vuelva a casa, Jasper estará preocupado. Y cuando me vea llegar sin haber comprado nada.... Ya me inventaré algo.
Ella asintió y nos levantamos del suelo paseando tranquilamente por el bosque sin mencionar nada de la conversación. Necesitaba estar sola, pensar en todo lo que me había contado y intentar recordar algo más.
Me alegro de haber hablado contigo, no sabes como te agradezco todo lo que me has contado. Si necesitaras alguna cosa, lo que sea, sabes que puedes contar con nosotros. Con toda nuestra familia.
Ella asintió, me sonrió nuevamente y nos despedimos. Ella se dirigió hacia la carretera, y yo regresé lentamente hacia nuestro hogar.